sábado, 24 de abril de 2010

SE NOS DECIA EN AQUEL ENTONCES


Somos evoluciones
marchitas de la tarde
que martillan los vacíos de un desnudo amarillo
cual si fueran carta vieja.

Y clamando por el manantial deshecho
atisbó su helecho del hastío.

Al rincón
convergen dos planos deshojándose
donde me escondo al abrir un par de hojas.

Biografía de óxidos y herrumbres
Estanque de miradas sagitadas
Límpido ángulo del aire
tumba
sin correcciones.


Chau. No tengo pretenciones.


















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