si yo ya dejé
de escribir sobre la verdad de otros
a seguir la ruta del subsecretario de
guerra
a ponerme en el
lugar de otro
apenas puedo con el
mío.
Ni siquiera quepo en mi butaca.
Butaca no es la
palabra correcta
pero puesta en las acomodaciones de la función vermouth
es otra cosa.
Tampoco sirve.
Pero si la imagino
blanca blanda
con su respaldo pando en el Cine Arte
con su respaldo pando en el Cine Arte
a un lado del
pasillo, frente al Exit
de un doble ancho
en la proyección
de Casablanca
seguramente allí
tenga sentido
del lugar que
ocupo.
Lo que me llama la
atención es que siempre el cine está vacío
con poca luz.
No me digas que mejor
es decir a media luz.
Porque entonces
pienso en un vaso medio lleno
medio vacío
y el matiz
depende de la sed
si es mucha
o poca
y la mente se me
va al desierto
donde Lawrence cabalga los camellos.
Dejémosla con poca
luz.
El matiz depende
cómo veo y cuanto veo
Por eso dicen: los
poetas son profetas
porque proyectan en su propio cine
También
el tablero de la
boletería tendrá su número especial
J – 26 por un
decir
porque es un viejo
cine.
Con la palabra
tablero me ocurre algo especial
Pienso gramaticalmente
por supuesto en un
tablero de ajedrez
pero si lo imagino de
colores
es tablero chino.
Siempre hay
palabras que despistan. Tablero es una.
Por eso cuando se
comienza a escribir
Uno sale a buscar genialidad
A ser millonario
de repente.
No soy
genio
Soy mendigo de palabras
limosnero de otros
árboles que tienen sombra
corta brizna de lo
imponderable
porque la poesía
es un imponderable
por eso uno
reincide
para probar suerte y redimirse
y adivinar la maravilla al inicio de función.
mi pequeña defunción.
mi pequeña defunción.
Lo otro es
escribir con toda esa monserga académica
o perorata rimada
que es bodrio militar
Es como las
noticias de un atleta,
se inventan, desenfocando
lo importante
Nadie sabe qué
disciplina practica
ni qué marcas vence
Lo que busca la
noticia es saber si es hombre o mujer
Entonces
con la academia pasa
lo mismo
generalmente.
Lo importante es
saber si corre como el viento
o vuela dicho atleta por
El Mundo al Instante.
El Mundo al Instante.
Pero aquí ya salgo
de la escena.
Entremos a la sala Uno
de allí no nos
movamos
dispongamos del
silencio
porque si salgo al
foyer está el afiche de Marilyn
con sus vestido
plegado levantado por la brisa del efecto de pistón
que producen los
vagones en alta velocidad
recorriendo el
túnel del metro neoyorquino
últimamente escenario
preferido de las películas de ficción
y de monstruos en
forma de gusano que se comen los vagones.
Me gusta la
palabra últimamente
porque es un poquito menos que último
y un poco menos que final.
Es como
el último trocito
de chocolate que te comes
y no vas ni en la
mitad de la función.
Falta mucho para
el fin The End
y ya no tienes más que ver
En esas abundantes
sílabas del últimamente
no se está enfermo
se ha estado enfermo
sin otros menesteres
Últimamente ocupa toda el alma.
sin otros menesteres
Últimamente ocupa toda el alma.
En este cine tiene
que existir un acomodador con su linterna
que dispare su
rayo hacia la butaca; la
única vacía.
Eso quería decir
No es que uno se
crea una butaca
Pero la palabra
alcanza para sonar perfecta.
En esta nueva
situación siempre es posible
si te imaginas ser esa butaca de toda la manada
evitar poner una
mejilla
o cambiar un ojo
por otro y un diente por otro
para no estar
para no estar
para no estar
asustado que todo se termina
para estar en paz perpetua
esperando que se
inicie el espectáculo
sin estar.
No sé si me explico.
sin estar.
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