¿Quién es el otro si no yo mismo
sonriendo a las nereidas de otro?
Siempre habrá ese uno
que no está en su sitio
y el otro admite igual distancia sin ser consecutivo.
Y al contrario de si mismo
consecuentemente
es el mismo margen lo que separa al uno del otro.
Es más ese lector,
que el poema de otro,
concordancia entre uno y otro,
y más en la lectura del lector
que sobre el poema de otro.
Quien se aproxima a otro; a si mismo se aproxima
Y asimismo
Rigurosamente se deshace la distancia
y ya son tres.
En efecto, algún otro no será nunca el mismo
y los poemas de otro serán a ciencia cierta o ciertamente
derivación de la lectura y no del uno ni del otro.
Por ello siempre cuido frente al espejo en las mañanas
hacia qué lado me hago partiduras
y si se mantienen las mismas cicatrices.
Y reconocer al uno, el otro o al lector.
¿o somos cuatro?
Tú, yo, el uno y otro loco..
.
.
sonriendo a las nereidas de otro?
Siempre habrá ese uno
que no está en su sitio
y el otro admite igual distancia sin ser consecutivo.
Y al contrario de si mismo
consecuentemente
es el mismo margen lo que separa al uno del otro.
Es más ese lector,
que el poema de otro,
concordancia entre uno y otro,
y más en la lectura del lector
que sobre el poema de otro.
Quien se aproxima a otro; a si mismo se aproxima
Y asimismo
Rigurosamente se deshace la distancia
y ya son tres.
En efecto, algún otro no será nunca el mismo
y los poemas de otro serán a ciencia cierta o ciertamente
derivación de la lectura y no del uno ni del otro.
Por ello siempre cuido frente al espejo en las mañanas
hacia qué lado me hago partiduras
y si se mantienen las mismas cicatrices.
Y reconocer al uno, el otro o al lector.
¿o somos cuatro?
Tú, yo, el uno y otro loco..
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